Últimamente
se habla mucho sobre la educación en valores, y es que dicho término se ha
puesto de moda en cuanto discurso político y gancho comercial de institución
educativa exista, pero, ¿sabemos en verdad qué es una educación en valores?
Indagando
un poco en Google encontré la siguiente definición: "Es la enseñanza de
distintos criterios que deben ser aplicados en la vida diaria del individuo y
que le permiten evaluar la bondad de sus acciones". Hasta bonito suena el
concepto, pero lo cierto es que en nuestro país esto no se lleva a cabo,
la pérdida de valores y el rechazo a las normas propias de nuestra
juventud, hacen que nos veamos enfrentados con la necesidad de reformar o
reforzar la educación para formar buenos ciudadanos.
Ahora
bien, si de buscar culpas se trata, la responsabilidad de la realidad peruana
en cuanto a los valores o la falta de ellos, no recae únicamente en nuestra
juventud, la educación inicia en el hogar y son los padres los encargados de
orientar a sus hijos y mostrarles lo que está bien y mal según las normas
socialmente aceptadas y la moral.
Sin
embargo, hay que recordar que vivimos en una sociedad hipócrita donde muchas
veces no existe coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, es muy fácil
hablar de valores y de normas sociales, lo difícil es vivenciarlos e
inculcarlos a nuestros hijos no solamente mediante palabras, si no, y más
importante aún, a través de nuestro actuar diario, ya que ellos aprenden no
sólo de lo que escuchan si no de lo que ven de las personas que ellos respetan
(modelos).
Así,
puedes hablarle mucho a Juanita sobre sinceridad, pero el día que algún
cobrador llame a tu puerta y le obligues a decir que no te encuentras en casa,
le estarás enseñando que está bien ser deshonesto; puedes pasarte años
diciéndole a Panchito lo importante que es el respeto, pero cuando él empiece a
sentirse interesado por alguna niña y le celebres de forma equivocada sus
primeras “hazañas” con un “bien campeón”, le estarás enseñando a tu pequeño
hijo que las mujeres son trofeos u objetos coleccionables indignos de cualquier
respeto, y estarás criando bajo tu techo a un futuro patán o hasta un
maltratador femenino.
Así
de importante es el rol de los padres en la educación de sus hijos y en la
reformación de nuestra sociedad, el reto está en lograr que ellos desarrollen
un sentido interno, autónomo y a la vez social de lo que es la moral. Este
sentido interno les permitirá decidir cómo actuar y las cosas que deben hacer o
evitar para conservar la estabilidad social.
María Fernanda Barrera
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